La curiosidad más antigua, y la que da origen al día de San Valentín, se remonta al siglo III. En esta época los cristianos eran perseguidos, por lo que el hecho de contraer matrimonio se convertía en una ardua tarea. Es en este punto donde aparece Valentín, un sacerdote bondadoso que ayudaba a los cristianos precisamente a conseguir esa tarea. Lo triste es que su lucha se vio mermada al ser condenado por el emperador Claudio II al encierro en sus calabozos.