En la zona de Brixton, en una antigua cárcel, se ha instalado este restaurante refinado de tradición británica. El exterior puede engañar, mientras dentro todo está curado en los detalles. Por su alta calidad, los precios son medio-altos. Se aconseja probar los postres. Es perfecto para comidas de negocios y para celebrar ocasiones importantes. Ahora se está abriendo también una franquicia.