El azúcar sirve de aliada en la labor cosmética. Su empleo como exfoliante la convierte en una dulce caricia que deja los poros libres y la epidermis rejuvenecida. Agregando unas gotas de agua a una cucharada de azúcar, para luego frotar sobre la piel en suaves círculos por espalda, hombros, brazos y rostro, hará remover la piel muerta y dará nueva vida a nuestra apariencia.