Te conviertes en un comedor compulsivo, prometes una y otra vez que te vas a detener y no puedes, cada vez comes con mayor frustración y enojo. Cada vez deseas comer con mas fuerzas, tienes sudoraciones, nerviosismo, mareos o cambios de humor. Incluso te lleva a comer cosas que ninguna otra persona ingeriría, tierra, plástico, entre otras.