Cuando Amanda Knox fue acusada del asesinato de Meredith Kercher, esta dijo que había sido Patrick Lumumba. El dueño del bar donde Amanda trabajaba y que decidió despedirla por comportamientos inapropiados con los clientes. Pero Patrick tenía coartada y finalmente fue dejado en libertad. Demandó a Amanda por difamación y consiguió 40.000 euros de indemnización. Además, Knox recibió una condena de tres años de prisión.