El pueblo de Verges, ubicado en Girona tiene una de las procesiones más originales. El Jueves Santo Un grupo de personas se disfrazan de esqueletos y realizan un danzante recorrido. Todo es un simbolismo que nos recuerda que la muerte es inevitable. La tradición se remonta al siglo XIV, cuando el pueblo sufrió un brote de la peste, que se interpretó como un castigo divino por haberle dado la espalda a Dios.