El vehículo de la realeza, y de ahí que posea ese nombre tan característico. De este clásico sólo se produjeron 6 unidades, cada una posee una carrocería diferente para que cada propietario tuviera un coche totalmente único. En la década de los 80 llegaron a pagar 7 millones por este automóvil pero su precio subió hasta los 10 millones décadas más tarde.